El conducto rígido LSZH (Low Smoke Zero Halogen) es un tipo de conducto eléctrico diseñado para usarse en entornos donde la seguridad y el rendimiento contra incendios son consideraciones fundamentales. La designación LSZH hace referencia a las propiedades del material del conducto, que está diseñado para emitir una cantidad mínima de humo y no emitir halógenos tóxicos cuando se expone a altas temperaturas o al fuego.
Características principales:
Baja emisión de humo: cuando se queman, los materiales LSZH producen significativamente menos humo que los conductos de PVC (cloruro de polivinilo) convencionales. Esto es crucial en situaciones de emergencia, ya que mejora la visibilidad y puede ayudar en las tareas de evacuación y extinción de incendios.
Sin halógenos: a diferencia de otros tipos de conductos que liberan gases halógenos nocivos (como cloro y flúor) cuando se queman, los conductos LSZH no contienen estos elementos. Los gases halógenos pueden ser corrosivos y tóxicos, lo que hace que los conductos LSZH sean más seguros para su uso en espacios cerrados como edificios y sistemas de transporte.
Retardante de fuego: Los conductos LSZH generalmente se fabrican con materiales que tienen buenas propiedades retardantes de llama, lo que reduce el riesgo de propagación del incendio.
Resistencia química: Son resistentes a diversos productos químicos, lo que los hace adecuados para su uso en entornos industriales y comerciales.
Resistencia mecánica: A pesar de ser livianos, los conductos rígidos LSZH ofrecen buena resistencia mecánica y durabilidad, protegiendo los cables y alambres que encierran contra daños físicos.
Flexibilidad: aunque se clasifican como “rígidos”, los conductos LSZH aún se pueden doblar hasta cierto punto, lo que permite una instalación más fácil en espacios reducidos.
Rango de temperatura: Están diseñados para soportar una amplia gama de temperaturas, lo que los hace adecuados tanto para aplicaciones interiores como exteriores.
Aplicaciones:
Los conductos rígidos LSZH se utilizan comúnmente en:
Edificios comerciales: Oficinas, centros comerciales y otros espacios públicos donde la seguridad contra incendios es primordial.
Instalaciones Industriales: Fábricas y plantas donde pueda haber exposición a productos químicos o altas temperaturas.
Sistemas de transporte: Aeropuertos, estaciones de tren y embarcaciones marinas, donde las bajas emisiones de humo y cero emisiones de halógenos son esenciales para la seguridad de los pasajeros.